domingo, 10 de junio de 2018

EL HUERTO UN AÑO MÁS


   Después de los preparativos en el terreno del huerto y los semilleros en las aulas llega, con el mes de mayo, el momento de comenzar la siembra y plantación. Poco a poco, de manera escalonada, los alumnos de unas y otras clases van llenando los bancales con las semillas y los plantones que nos han de proporcionar una nueva cosecha al inicio del próximo curso.
Seguimos fieles al principio de rotación de cultivos, agrupando las plantas por familias botánicas y trasladando a cada uno de estos grupos al bancal contiguo al del año pasado, que es el que ahora les corresponde. Vamos así compensando las diferentes necesidades en nutrientes, alternando cultivos exigentes con otros más austeros, cultivos con distintos ritmos de crecimiento y con distintas profundidades en el desarrollo de sus raíces. Esto nos debe servir para mantener un adecuado equilibrio en los nutrientes del terreno y reducir, además, el riesgo de plagas, al no repetir año tras año el cultivo de cada especie en el mismo punto.
   Hemos comprado algunas semillas y plantas en vivero, pero este año estamos utilizando más que nunca, además de semillas, bulbos y tubérculos aportados por colaboradores, las obtenidas de nuestros propios cultivos del curso pasado. Con ellas hemos preparado los semilleros en las aulas. Algunas son de las especies y variedades tradicionales que, donadas por la UCCL de Segovia, llevamos cultivando desde que pusimos en marcha este huerto.
   Ahora quedamos a la espera de ver crecer nuestras coliflores, lombardas, repollos, brócoli, (de la familia de las crucíferas), guisantes, garbanzos, varios tipos de judías y judiones (leguminosas), lechugas de distintas variedades, girasoles (compuestas), pepinos, calabacines, calabaza (cucurbitáceas), acelgas, (quenopodiáceas), ajos, cebollas, (liliáceas), zanahorias, perejil (umbelíferas), diversas variedades de tomates, pimientos, guindillas, berenjenas, patatas (solanáceas), y también algo de albahaca, orégano y, como novedad y curiosidad, azafrán, que esperamos ver florecido en otoño.
   Nos queda, como veis, un huerto con gran diversidad: cerca de cuarenta especies y variedades diferentes. No se trata de alcanzar una gran producción, pues hay que tener presente que este es un huerto educativo. Pero lo que sí nos parece importante es que los alumnos aprendan sobre plantas que nos sirven de alimento y los cuidados que necesitan, sobre los procesos y las relaciones que se dan en el huerto y en la naturaleza y que el huerto nos ayude, en definitiva, a mantenernos en contacto con nuestro entorno y a valorar los recursos naturales que, querámoslo o no, son los que sustentan nuestro modo de vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario