Antes de recibir a la primavera
vamos preparando el huerto, para tener a punto el terreno cuando llegue el
momento de plantar y sembrar. Contamos una vez más con la inestimable ayuda de
la motoazada de Sonia.
Y añadimos este año un par de
novedades importantes. La primera de ellas es la construcción de un compostador,
un gran cajón que nos permita “reciclar” residuos orgánicos, sobre todo los
restos del huerto, pero también otros residuos vegetales. Convenientemente mezclados dentro
de este cajón, se irán transformando por la acción de multitud de
microorganismos que se alimentan de ellos: bacterias, hongos microscópicos, pequeños
insectos y, cómo no, lombrices. El
resultado de este proceso es el “compost”, que se puede reutilizar como abono
orgánico para enriquecer de nutrientes el
propio huerto.
Hemos construido el compostador
con palés de madera, con un diseño funcional, y luego lo hemos decorado
exteriormente con motivos extraídos de dibujos previamente realizados por los
alumnos. En algunas de estas imágenes podéis ver el resultado.
La segunda novedad es la
instalación de un pequeño “túnel-invernadero”, que debe servirnos para mantener
los semilleros que se sembrarán en las clases. Aquí las plantas incipientes
contarán con condiciones más adecuadas que en las aulas: más luz y mayor humedad.
¡Veremos qué tal con el calor!
Pasito a pasito seguimos
avanzando.
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