Por fin hemos pasado a la siguiente fase del huerto nuevo, la que tanto
tiempo llevábamos esperando: sembrar y plantar. Ha sido durante los últimos
días de mayo y la primera semana de junio. Algo más tarde de lo que hubiéramos
querido, pero tampoco queda tan lejos San Isidro.
En estos días todos los grupos han ido pasando por el nuevo huerto. Primero vieron la instalación, con 4 bancales inspirados en el
sistema “parades en crestall”, de Gaspar Caballero de Segovia, y riego
automático mediante goteo.
A cada “ciclo” se le ha asignado un bancal (infantil, 1º y
2º, 3º y 4º y 5º y 6º) y unos cultivos. El sistema mencionado se basa, entre
otras cosas, en uno de los principios de la agricultura ecológica, como es la
rotación de cultivos, agrupando a las plantas por familias en cada bancal y
rotando año tras año hasta completar un ciclo de cuatro años. Esquema este que
sólo hemos seguido parcialmente, pues en este momento nos ha parecido
interesante que algunos cultivos, como tomates, patatas o unos poquitos
judiones de La Granja o girasoles, estén presentes en todos los bancales.
Todos los grupos han pasado por el huerto y todos los
alumnos han intervenido en la plantación. Con los más pequeños hemos tenido un
colaborador de lujo, Paco, el padre de nuestra compañera Delia, que además nos
trajo algunas plantas.
Hemos puesto zanahorias, cebollas (3 variedades), tomates (hasta
10 variedades diferentes), patatas, pimientos (3 variedades), guindillas,
berenjenas, judías (3 variedades), judiones de La Granja, guisantes, garbanzos,
rabanitos, coliflor, repollo, lombarda, lechugas (4 variedades), girasol,
acelga (2 variedades), remolacha, pepino y calabacín. Algunas son variedades
locales, autóctonas, a partir de semillas cedidas por la UCCL de Segovia, con
el compromiso de devolver una cantidad equivalente para poder ir manteniendo su
banco de semillas.
Y también otras plantas y flores, como albahaca, tagetes, caléndula, tomillo o
curalotodo que, además de embellecer nuestro huerto pueden resultar útiles para
atraer a los insectos polinizadores.
Con casi todo ya
plantado hubo una nueva cita con el grupo de “currantes” voluntarios del
huerto, para hacer algún pequeño retoque y colocar unas cañas para entutorar
judiones, judías, tomates y alguna otra planta. Y lo que también es importante,
para proceder a la “inauguración” del huerto con una suculenta merienda. Una
buena representación de padres, madres, abuel@s, maestr@s y niñ@s, juntos y en armonía.
Pero el momento más emotivo llegó cuando apareció Alberto
con el cartel que había preparado para colocar allí, en el que ya para siempre
ha de ser ”EL HUERTO DE PACO”.