Con el comienzo de las clases han
empezado también las visitas de los alumnos al huerto escolar. O mejor dicho, a
los huertos. Hemos contado en esta tarea, como tantas veces, con la inestimable
colaboración de José Luis. En su compañía, los alumnos han sido testigos de la evolución de los
cultivos que ellos mismos sembraron y plantaron en el “huerto de Paco” antes de
irse de vacaciones. Y han disfrutado también viendo y recolectando verduras y
hortalizas en el “huerto de José Luis”.
También la “fauna” del huerto
llamó nuestra atención. Fauna en parte
perjudicial, como el pulgón, el escarabajo de la patata, la araña roja o los
pájaros amigos de los girasoles que ya
hemos mencionado en la entrada anterior. Pero también fauna beneficiosa, entre
la que destacamos a las lombrices que contribuyen a fertilizar el suelo o a los
abejorros y otros insectos polinizadores, que pudimos observar muy activos aún
en las judías, los judiones y la albahaca.
Hemos recolectado sobre todo
tomates de diferentes variedades y patatas, pero también guisantes, albahaca,
perejil, lombarda, rabanitos… Otros productos, como calabacines, pepinos o
lechugas, más tempranos, no nos han querido esperar e incluso alguno, como la
remolacha roja o las zanahorias no han prosperado. Y aún quedan bastantes
tomates, cebollas, algún pimiento, guindillas, acelgas, albahaca, orégano,
perejil, dos variedades de judías, judiones de La Granja, lombarda, coliflor,
romanescu, rabanitos, guisantes…
No es un huerto para producir
grandes cantidades ni abastecernos, pero sí un pequeño “museo” vivo, donde
primamos la variedad, donde tenemos la oportunidad de aprender muchas cosas
sobre las plantas que nos sirven de alimento, sobre las relaciones y procesos
que se dan en la naturaleza, que nos ayuda, en definitiva a mantenernos en
contacto con nuestro entorno y a valorar los recursos naturales, cada vez más ignorados, que sustentan
nuestro modo de vida.
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