lunes, 25 de febrero de 2019

OTROS HABITANTES DEL HUERTO (I)


El huerto constituye un auténtico ecosistema, un espacio con unas determinadas condiciones en lo que se refiere al suelo, al agua, el sol y la temperatura, poblado por una multitud de seres vivos, plantas, insectos, aves, personas, etcétera, entre los que se establecen muchas y diversas relaciones. Desde el punto de vista educativo una de las grandes aportaciones del huerto escolar es que nos facilita la observación y estudio de estas relaciones en contacto directo con el medio y con ello contribuye a potenciar la comprensión de la biodiversidad y los procesos naturales del entorno.
Queremos inaugurar con esta entrada una serie dedicada al estudio de la fauna habitual en el huerto, con la presentación de algunos de sus “habitantes”. Los hay que son de gran ayuda, contribuyendo a la polinización de las plantas o a la regeneración y fertilización del suelo. Otros perjudican el desarrollo normal de algunos cultivos. Su conocimiento nos puede servir, además, para impulsar medidas que favorezcan a los cultivos y para establecer unas pautas de tratamiento ecológico de las plagas que se presenten.
Entre los perjudiciales, en nuestro huerto hemos observado a la “chinche de la col” (Eurydema ventralis). No tiene nada que ver con la temida chinche de las camas (Cimex lecturalis). Se alimenta de savia de plantas de la familia de las crucíferas (repollo, lombarda, brócoli, coliflor…) y deja su huella en forma de picaduras en las hojas. Estas chinches pasan por una fase juvenil, en la que se denominan ninfas y aún carecen de alas. Las ninfas mudan hasta 5 veces antes de alcanzar la madurez sexual. Los ejemplares adultos puede ser muy variables de color. En el huerto las hemos detectado en un número escaso. En las imágenes podemos ver una ninfa, de color amarillo y negro, y una pareja adulta con tonos rojos y negros.


Más conocido es el escarabajo de la patata (Leptinotarsa decemlineata), un coleóptero ampliamente distribuido por el mundo, fácil de ver en los cultivos de patatas, en los que actúa como una plaga. Son amarillentos, con rayas longitudinales oscuras. Las larvas, muy voraces, son rojizas con dos líneas de puntos oscuros a cada lado. Afecta también a las berenjenas. Se alimentan de las hojas y pueden llegar a acabar con las plantas. Hasta ahora no nos ha impedido recoger nuestra cosecha de patatas.


Otros pequeños coleópteros que pueden llegar a constituir una plaga son los gorgojos, de los que existen muchas especies distribuidas por todo el mundo. Una de estas especies es el “barrenador de los guisantes” (Bruchus pisorum). Los adultos ponen los huevos sobre las vainas, cuando ya están casi maduras. De ellos salen las larvas, que penetran en el interior y excavan una galería en la semilla. Allí pasan por el estadio de pupa, que es una forma de transición entre la larva y el gorgojo adulto que, casi un mes después, sale al exterior. Son difíciles de detectar antes de que aparezcan los adultos y los daños afectan sobre todo a la conservación de las semillas. Es necesario secarlas muy bien y guardarlas en el congelador durante una semana para eliminar a los posibles huéspedes que queden en ellas. Este año, además, aprendiendo de la experiencia, procuraremos adelantar su cultivo para que estén a punto antes de irnos de vacaciones.




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